miércoles, 30 de diciembre de 2009

Ricardo

Ricardo tampoco sabe cómo llegó ahí,
de peón a cartonero
sin delito por medio.
De la noche a la mañana
se encontró empujando un carro,
husmeando montones de desperdicios,
apilando revistas,
propaganda,
libros...
De la mañana a la noche
un tajo lo separó de su pasado.

Ricardo desea morir
pero ese es un lujo que no puede permitirse.

Cuando llueve, a Ricardo,
lo acompañan sus hijos,
tristes niños que no miran llorar al padre,
tristes niños arrancando
trozos de papel que a duras penas pesan gramos..

Aunque a Ricardo le duele interrumpir sus pobres infancias,
cuando la lluvia es una amenaza,
la familia al completo
trabaja con ahínco
empujando montones
que venderán sin soñar hacerse ricos.


...porque si se moja el cartón,
tienen antes que secarlo,
durante dos,
tres días,
cinco.

Y Ricardo y sus hijos, entonces,
deberán aguantar, del hambre, los pellizcos,
durante dos,
tres días,
cinco.

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