Angela Fuentes nunca fue hermosa.
Nadie soñó con ella.
Nadie rondó su casa,
ni cantó canciones mientras la esperaba.
Nadie.
Ángela Fuentes sólo tenía una mirada algo atolondrada
y confianza en las palabras.
En todas.
Pensaba que el amor
podía hacer con ella un milagro
y no le avisaron que los susurros bajo las sábanas
desenredan
para enredarlo todo por la mañana.
Y su barriga fue creciendo
al mismo ritmo que su miedo.
Y se encontró vomitando soledad sin remedio.
Ángela Fuentes de hija a madre,
con intermediarios.
Aprendiste a remendar alpargatas
para quienes también calzan ignorancia.
Puntada tras puntada
recompones tu corazón demasiado precoz
para tanta batalla..
Y ni lloras.
Ni hablas.
Ángela Fuentes, sólo trabajas,
Mientras, la vida sin amor,
Sola, se remata.
Ángela Fuentes, un día,
te encontrarás con el padre de tu hijo,
cara a cara
y no le dirás nada.
Al fin y al cabo
de él aprendiste
el poco valor
que pueden tener las palabras.
miércoles, 30 de diciembre de 2009
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